Anda la brisa perdida buscando tus carnes blancas. ¿Dónde estará –se pregunta- la que perfumó mis aguas? Dice que se torna gris aquel pedazo de playa cuando cabalgan azules las incasables tempranas interrogando la arena, por donde quedó cifrada el ansia de nuestros cuerpos en una huella robada. Que se acabó la alegría con tu última mirada. Que el eco voló más lejos repitiendo tus palabras. Un himno de caracolas semeja el canto de lágrimas. Sólo las perlas no quieren que tu vuelvas a la playa. -Brisa regresa a lo triste, ponte caricia en las alas, róbale el azul al cielo y tíñele al mar las faldas, haz un coro de rubíes de corales y esmeraldas y espérala, que muy pronto llegará con la mañana.