Puede que Eduardo García Delgado

A mis alumnos en el Instituto homónimo de La Habana

De pie hacia mi
hecho de asombro    eterno
de carne y hueso como lo imagino
el bozo firme    el rostro
amaneciendo    sobre su corazón
la boina verde olivo.

Es Eduardo    sin dudas    es Eduardo
pero hace tanto ya
que tal vez no es Eduardo.

Cómo    entonces    la fuga
Su amor al infinito.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *