A mis alumnos…
Canto de ustedes como de mí mismo porque entre ustedes vuelvo a mi persona. Ignoro si la flor que me traiciona es saudade en la piel o giornalismo. Canto la sed primera, el buen abismo, los ojos navegando la ternura, su pradera de sueños, mi cordura. ¿Será un gesto sutil del egoísmo? Canto de ustedes al decir mi nombre que no es el mío ya, sino, el de tanto amor en el silencio amanecido. Canto de ustedes como canto al hombre, limpio de oscura voz, sin otro canto que el fuego entre las sombras del olvido.