La tiza
Lengua de blancas palabras -¡cómo cumples mis antojos!- No hay imagen de mis ojos Que entiendas tú cuando labras. Ven, no te aflijas, no abras rumbo sin mi itinerario, que para escribir mi diario me quedaré en ti, memoria. Fino regazo de gloria fugaz del vocabulario.
El borrador
Manso tragón de lenguaje, te pierdes dentro del aula como un gorrión en la jaula feliz de nuestro paisaje. Vives manchándote el traje con polvo de mis errores, de mis aciertos, las flores que siembro en el pizarrón. Siempre, tímido bribón, pendiente de mis labores.
El pizarrón
Cantero abierto en la escuela para sembrar mi consejo, valga tu suerte de espejo por detener lo que vuela. Desvelado centinela de cotidiana ternura. ¿Qué filo hay en tu bravura desafiando la ignorancia? ¿Qué rosa, con qué fragancia, nace en tu verde llanura?