Fotomontaje de portada: Melba Díaz
Ilustraciones: Luis Carlos Coto Gutiérrez
Preliminar
Estos son versos de juventud.
Algunos sobrepasan el cuarto de siglo.
De seguro tardaron esperando por el
impulso que brinda la generosidad de los jóvenes.Siempre pensé que podrían ser útiles sólo
a mí, pero, unos muchachos cargados de
sueños, – que no son otros que mis hijos,
y una mujer preciosa, -que no es otra que mi esposa,
decidieron lo contrario.Tomé pues para esta aventura el arte de uno,
los saberes del otro
y el talento y talante de la niña.En fin, les tomé la palabra.
Con ellos comparto estos poemas juveniles
que humildemente dedico a mi esposa.Gracias Luisito,
gracias Ale,
gracias Greisy.– Melba, para ti son estos versos.
Presencia
Yo te identifico con las calles los autos en las calles la gente de los autos los árboles las casas las esquinas el parque en las esquinas los bancos de los parques. Porque me gusta andar y desandar la Habana soñando tu presencia a cada paso.
Presencia II
Estuve a cientos de kilómetros de ti y no era lejos eras cualquier sonrisa de la calle el aire de la noche el sol el mar mi soledad tenía tu compañía. Estuve donde nadie te vio nunca pero sabían de ti -que me esperabas. No volveré a estar lejos ahora lo sé -si tú sigues diciendo que me amas.
Muchacha
Muchacha que vienes de no sé donde no sé con qué pretexto es muy entrada la noche y he cerrado mi puerta. Déjame silbar solitario es muy entrada la noche y debo acompañar esta vigilia. No toques a mi puerta no. No saltes. Esa ventana es sólo para respirar.
Epigrama
En otro mundo como éste un hombre como yo que usa mi nombre escribe el mismo verso que imagino sobre tus ojos que ve como ahora veo. Pudiera ser salvo que digo de tus ojos que son irrepetibles.
Décima
Por ti mi andar marinero hizo orilla en el amor y le entregó lo mejor del sueño al beso primero, se dibujó un hechicero color para sostenerte robó un pedazo de suerte a la hora del averno y se desgarró el más tierno poema para quererte.
El ángel de noviembre
Un día de noviembre casi otoño vamos a enamorarnos a su luz a dibujar nuestros perfiles y su sombra en ese prado verde para entonces sonoro de moradas campanillas. La media luz de otoño germinando entre azahares silvestres. El lento amarillear los vagos ocres. El corvo ronronear del airecillo. Un día casi otoño en ese ávido lecho de conjurar misterios y ternuras vamos a merecer el ángel de noviembre.
Nocturno
La noche pasa lenta en tus cabellos que no mueven mi aliento si pudiera irle bordando pedacitos de olvido. Si pudiera al menos encender mi lámpara sin la luz de tus ojos o soñar que en tu piel no vive preso un vago duende de la ausencia. La noche pasa lejos mientras llenas de grillos y fantasmas la penumbra.
Melba de Malva
Qué bien le asienta Melba al malva de tu piel el color malva si parece que son la misma cosa como tu nombre Melba y el nombre del color que bien te asienta -el malva. Qué bien te asienta Melba. Qué bien te asienta el malva.
Amor de mis amores
Para Greisy Ellens,
mi hija.
Amor de mis amores tú que cantas intenta con la voz llegar al cielo donde esta Dios así serenamente dueño del tiempo todo al escucharte. Toca su corazón con suave canto -con voz de amanecer. Una sonrisa ha esperado por ti hace tantos años que Él va a reciprocar tu amor una y mil veces en una eterna sucesión de sueños.
Si se pudiera
“Si se pudiera inventar
La vida, si se pudiera…’’
Félix Pita.
Si se pudiera inventar la vida, si se pudiera, qué sueño de primavera sobre la tierra soñar, qué pureza desnudar cada mañana la suerte, abrir los ojos de verte cuando me acechas dormida. Si se pudiera la vida... ¿fuera peligro la muerte?
Mitología
Artemis en el cuadro de Rubens
Toma una flecha en su carjac me mira tiene los ojos ávidos oscuros hondos labios heridos clámide ceñida a la divina bondad de su feroz silueta. Tensa la cuerda al fin y paladea mi muerte. El tiempo es breve mientras yo garabateo éstas que no serán noticias de un periódico sino sólo el afán de no morirme solo. Diana es capaz de cometer un sueño.
De los humildes aires *
De los humildes aires de la noche meciendo soledad has vuelto cuando feroz era la ausencia y la costumbre de echar mi pobre red iba perdiendo su rostro abrazador. Has vuelto digo para mi aliento pastoril de antes con tintes atrevidos y simiente que estaban de algún modo en el comienzo de aquella noche que soñamos juntos yo con versos de quién y tu callando el vasto corazón inmemorial del fuego. De la noche que sabe tú que vuelves de los humildes aires. La nostalgia cede a una paz feroz éste su reino y todo al fin será otra vez distinto.
* Verso anónimo
Tus ojos
Canto tus ojos que son beso de menta en los labios, malditos ojos y sabios sembradores de ilusión. Canto tu cuerpo de alción que me ha servido de abrigo. Canto tu boca, castigo, para morirme después. Canto el amor a tus pies. Canto la vida contigo.
Premonición
Tu voz de colegiala que bendijo el comienzo del azar y la dicha dirá mi nombre a Dios entre el sol y el bullicio de una mañana ausente. Tu voz que aún llena el aire memorial de otra mañana como el canto de un salmo en lo hondo del templo.
Trinitaria
Cuando me bese la tierra habré visto sobre ella tres veces a Dios presente. Una vez cuando tus ojos me miraron inocentes. Otra cuando largos fijos serios callados vehementes. Y cuando llenos de lágrimas acompañaron mi muerte. Tres veces y un mismo Dios cuando la tierra me bese.
Verte
Verte es creer y no verte es lo inefable, el vacío. Mi río nace en tu río rodando la misma suerte. Tener es sólo tenerte. ¿Hallar?, -La forma de hallarte parte de mi propia parte, sueño que sueña mi sueño, dueño de un amor sin dueño. Amor que no puede amarte.
Marinero
Avellana entre la miel de tus ojos velero sin puerto ni timón. -Qué nunca se destruya. A marinero amiga me invita a marinero así ancha la mar de una mirada tuya.
Hoy
Hoy iba a amanecer hoy en la tarde pero estas primaveras de noviembre nunca terminan bien - hubiera sido un sol rajando la estrechez del cielo. Todo es un hombre que se va y no espera por esa otra muchacha que no viene.
El árbol
Un hombre puede ser un árbol puede mirar a todos entre tantos sabe que no tendrá la suerte de otro espacio que morirá clavando sus raíces. Un hombre puede ser un árbol. Y ama.